martes, 25 de noviembre de 2014


El silencio, 
que queda en medio de la nada, 
que resuena 
cuando tu no me hablas. 
Ese silencio, 
ese vacío inmenso
de pena y lagrimas,
que soporta mi peso,
que se cae de tu cama.
Esa mirada que no llega,
que no atina a mi ojos,
que se obstina
por no decirme,
por no gritarme,
por no llorarme
en su enojo.
El silencio cruel
de tu cuerpo,
de tu falta,
de tus escondidos senos.
La nada en sonido,
el roce de tu falda,
de tu entrepierna,
de tu enagua.
Silencio,
pozo de pena
y desconsuelo,
de pensados
y no dichos tequieros
y escondidos gestos.
La culpa,
la duda,
silencio que se anuda
en mi garganta,
que no aguanta
el desprecio
del sonoro beso.
Ese vacío sonoro
que no sabe lucir
y no quiere mentir,
en su lloro.
Silencio
arrebatador de sueños,
de imposibles deseos,
de amores
y su sexo.
Cadenas ligeras
que no suenan
y pesan como el acero.
Pero yo,
yo si sé romperlo,
mi cielo,
con un susurro,
con un te quiero,
con el roce
de mi mano
en tu pecho,
con la brisa
de mis labios,
con mi aliento,
con mi sonoro
y estridente lamento,
al quererte,
al morirme de deseo.
Yo se llenarlo,
con una dulce palabra,
con el eco
de mis besos,
el sonido
de mi lengua
sobre tus valles,
tus cuevas,
tus montañas.
Yo,
mi amor se apagarlo,
te lo muestro
si tu y yo,
gemimos y gritamos,
si tu cuerpo
desnudo presencio,
si reímos y lloramos
al amarnos,
al tomarnos,
pero si mi cielo,.......
en silencio.

















































No hay comentarios:

Publicar un comentario